
Como una Mendiga
Me Postro a la Puerta
De tu Templo
De tu Cuerpo
Extiendo mi Mano Herida
Y te Imploro
Te Suplico
Una Limosna
De Cariño
Una Palabra
Un Gesto
Que me Haga entender
Que no te has Olvidado
De Mi
De Rodillas
Imploro
Que me Mires
Que me Dediques
Un solo Segundo
De tu Valioso Tiempo
Agacho la Cabeza
A tu Paso
Y Cierro los Ojos
Temblando
Pero Pasas
Altivo
Distante
Frio como la Escarcha
Que se Esconde en mi Alma
Pasas a Mi Lado
Y sigues tu Camino
En Silencio
Ignorando mi Mano
Extendida Hacia Ti
Me Hundo en el Fango
Y Lentamente Emprendo
Camino hacia el Puente
Del Olvido
A ese Lugar
Bajo el que Duermo
Desde que te Fuiste